José Carlos Mariátegui, creció en un hogar el cual su madre sacó adelante sola tras el abandono de su esposo, por lo tanto, José Carlos para ayudar a su familia, entró a trabajar en el diario La Prensa como ayudante en los talleres de linotipia.
Su deseo de incorporarse al grupo de redactores lo motivó a publicar en 1911 un artículo sin autorización, pero a principios de 1914, tras un duro período de aprendizaje periodístico, comenzó a escribir regularmente como redactor con el seudónimo de Juan Croniqueur.
A mediados de 1916 pasó al diario El Tiempo para realizar la crónica parlamentaria, lo cual le permitió conocer la política de su época desde dentro.
Durante 1918, bajo la influencia de la revolución rusa y de las ideas de Víctor Maúrtua, Mariátegui se adhiere al socialismo y lanza la revista Nuestra Época.
Tras el golpe de Estado de Augusto Leguía (4 de julio de 1919), su línea periodística fue de radical oposición al régimen, motivo por el cual la Imprenta Arzobispal se negó a continuar editando el diario. En este estado de cosas, el gobierno de Leguía ofreció becas para viajar a Europa, así que Mariátegui partió hacia Italia.
En Europa, junto con los peruanos Carlos Roe, Palmiro Machiavelo y César Falcón, fundó la primera Célula Comunista peruana, que intentaba impulsar la organización independiente de los obreros peruanos.
El escritor, periodista, político y filósofo marxista, a pesar de su temprana muerte, es considerado uno de los mayores estudiosos de la realidad latinoamericana, siendo la síntesis de su pensamiento «Los siete ensayos de interpretación de la realidad peruana», obra de referencia para la intelectualidad del continente.