La pérdida invaluable que dejó el incendio en el Páramo de Santurbán 

Tras la extinción del incendio en el páramo de Santurbán, las autoridades y organismos de socorro informaron haber acabado con la conflagración, pero campesinos de la zona y bomberos desmintieron esta afirmación, asegurando que la lluvia fue la gran aliada de los pocos que estuvieron en el lugar tratando de apagar el fuego. Se estima que más de dos mil hectáreas fueron calcinadas. 

En la noche del pasado sábado finalizaron las labores que lograron extinguir el fuego que consumía, desde hace 48 horas, al Páramo de Santurbán. Sin embargo, cientos de hectáreas de vegetación, fueron extintas por las llamas. Según César Augusto García, director de Gestión del Riesgo de Santander (DGRD), la emergencia inició desde Arboledas, Norte de Santander, y se extendió hasta Suratá, Santander.

Por su parte, el gobernador de Santander, Mauricio Aguilar, aseguró que las pérdidas fueron incalculables por lo que pidió apoyo al Gobierno Nacional para que envíen un helicóptero que pueda ayude a extinguir las llamas. Este fue gestionado por la Unidad de Riesgos de Santander. Sin embargo, según le dijo el comandante del cuerpo de bomberos de Suratá, William Niño, a Radio Nacional, se había confirmado que el vehículo estaría en Suratá el sábado a las 6:00 de la mañana para trasladar a personal de bomberos de nueve municipios y reforzar las labores de quienes estaban en el sitio, pero asegura nunca llegó y desconoce el por qué. 

Los motivos de la ausencia del helicóptero los confirmó el director de la DRGD: “Nos manifestaron que no hubo necesidad, teniendo en cuenta que ya el incendio estaba reducido por las refuerzos de bomberos que llegaron desde ayer. Además, a esta altura por encima de los 3 mil metros sobre el nivel del mar, son pocas las aeronaves que pueden llegar hasta ahí. Tampoco había cerca una fuente cercana para abastecerse de agua”. A esta conclusión se llegó luego de que la Fuerza Aérea realizara en la mañana del sábado un sobrevuelo con un avión fantasma para verificar los puntos críticos y coordinar mejor las labores de contención del fuego en vista del difícil acceso a la zona.

Pero para el comandante Niño, el vehículo sí era indispensable, pues con este habrían llegado a tiempo para evitar lo que ahora son miles de hectáreas de cementerio de frailejones. “Yo estoy bastante extrañado y consternado por la falta de apoyo del Estado. Tuvimos que desplazarnos en camionetas a las 29 unidades por carretera, seis horas demoramos para llegar al corregimiento El Mohán y dos horas y media más para llegar al sitio del incendio”. A esta voz de inconformidad se unió el congresista Cesar Pachón.

También, Óscar Bautista, un campesino de la zona, afirmó en Blu Radio que vio cómo en 45 minutos un sorpresivo aguacero acabó con las voraces llamas que ensombrecen al páramo y que desde hace horas, algunos bomberos y habitantes de la zona, intentaban apagar. De esta manera, desmintió las afirmaciones de las autoridades con respecto a la labor de los organismos de socorro de diversos municipios y aseguró que los bomberos que viajaron de otras regiones de Santander arribaron al sitio cuando ya el incendio estaba bajo control. 

“La ayuda de mi Dios fue la que permitió que este fuego se extinguiera, porque los bomberos me decían que a un kilómetro el humo no los dejaba llegar a donde estaban las llamas. Sin esa lluvia no hubiéramos podido controlar nada y no me imagino el daño que hubiera causado este incendio tan grande”, afirmó Óscar al medio radial. 

Por su parte, Hernán Morantes, de la plataforma cívica Comité Santurbán, expresó a El Cuarto Mosquetero su preocupación ante la gran pérdida ecológica que generó el incendio. “El páramo es una zona de altas precipitaciones, en la que comúnmente no suceden estos incendios, por lo que probablemente pudo haber sido causado por actividades antrópicas. Exigimos que se investigue y se restaure el ecosistema”, comentó. 

Ahora que ya finalizó el incendio, el Ministro de Medio Ambiente, Carlos Eduardo Correa, informó que la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) y la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) estarán a cargo de determinar cuáles fueron las causas de esta tragedia ambiental y cuantificar el área afectada. 

No obstante, las dos autoridades ambientales fueron criticadas por su ausencia en la gestión y atención de la emergencia. «La CDMB en ningún momento se ha comunicado con nosotros. En estos casos, solo se limita a pedir informes y fotografías. La Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga debe vincularse de manera directa porque este es un problema ambiental porque se comprometieron entre 800 y 1.000 hectáreas del páramo de Santurbán, en Santander, sin contar con el área afectada de Norte de Santander», expresó el comandante Niño, esta vez al medio Ecolecuá.

Tiempo después la CDMB, publicó en su cuenta de Twitter, dando algunas sugerencias para prevenir los incendios y explicando que estos son en su mayoría, causados por humanos y sus actividades agropecuarias y urbanas.

A pesar de que aún no se ha cuantificado la dimensión de los daños en la fauna y flora, es de resaltar que los frailejones crecen tan sólo un centímetro por año, alcanzando una altura máxima de 15 metros, por lo que la pérdida de sólo uno ya es de por sí una desgracia. Habitantes de la zona, de manera empírica, calcularon más de dos mil hectáreas calcinadas. 

Los frailejones ayudan a mejorar el ecosistema, mediante los ‘pelitos’ que tienen en sus hojas, los cuales absorben la humedad de la neblina y la liberan a través de sus raíces cuando hay sequía, permitiendo también la circulación del agua hacia las quebradas y ríos, y como si fuera poco, sirven como fuente de alimento para muchas aves e insectos y tienen varias propiedades curativas que ayudan a la salud humana.

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