Por: Henry*

Estos temitas los escribi en abril del 2016 y me parecen interesantes y los llame «sentimientos tóxicos»…

Los sentimientos tóxicos son sentimientos que pueden apoderarse de nuestras vidas sin que lo sepamos, que nos hacen actuar sin saber, sin tener una conciencia real de las cosas. Quisiera, entonces, comenzar con el primer sentimiento tóxico: «el orgullo», ese que nos infla el ego y nos hace insoportables para los demás.

El orgullo consiste en creer que no nada hay más importante que yo, lo que pienso, lo que quiero o lo que espero. El orgullo es sordo, porque no permite que nadie pueda llegar a nuestro corazón, se cierra y se agranda sobre si mismo; es como un globo grande, pero lleno de aire, vacio.

Con este sentimiento nos volvemos incapaces de aceptar algo que nos llene de verdad; porque se complace sólo en sí mismo. El orgullo nos impide acercarnos, porque el acercamiento exige humildad y apertura, pero ambas son enemigas del orgullo.

Un orgulloso jamás reconoce que lo sea, siempre tiene razones, las más elaboradas y lógicas para acabar construyendo una torre en la que sólo yo pueda estar, aislado de todos, alto, pero sólo y vacío.

Hoy en dia se necesita las relaciones interpersonales, para un trabajo, para un favor, para una compañia, para vivir en comunidad y para muchas cosas más. El orgulloso vive aislado, por que la sociedad lo detesta y ¿Por que es orgulloso? Porque tiene estudios, porque tiene dinero, y otro sin fin de razones que se dice así mismo. Pero no olvidemos que mi Dios quiere que seamos bondadosos, humildes y sencillos con nuestros semejantes.

*Henry, líder comunitario del barrio Montecarlo en Villavicencio quien desea compartir por #ElCuartoMosquetero sus reflexiones

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