Muchas mujeres en Colombia, después de sobrevivir al conflicto se convirtieron en lideresas, y defensoras de sus derechos y de otras mujeres.
Las redes de cuidado colectivo, los grupos de apoyo, las rutas de atención, los espacios de protección colectiva, son algunas de las apuestas de mujeres, que dan muestra de su rol como agentes centrales en la construcción de paz, esta vez sin estar en medio de las balas.
El debate de cómo generar mecanismos de seguridad para las mujeres en los territorios, es una de las discusiones que se vienen dando dentro de colectivos feministas y organizaciones de mujeres <<Y este tema nada tiene que ver con la militarización, sino más bien con el acceso a servicios públicos, capacitaciones, cumplimientos de derechos o las posibilidades de generar ingresos económicos, de eso se trata la protección>> expresa Dunia Lejon, miembro de Ruta Pacifica de las Mujeres.
Desde hace décadas en Colombia las mujeres vienen generando espacios para dialogar sobre las propuestas y acciones lideradas desde lo personal, organizativo y político ejemplo de ellas son: Ruta Pacífica de Mujeres, Corporación Amiga joven, Corporación Espacios de Mujer, Rempaz, La Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (LIMPAL COLOMBIA), Fondo Lunaria, entre cientos de procesos más en este país.
A pesar de las brechas visibles en muchas regiones del país, especialmente con mujeres afros, raizales, campesinas, indígenas, lesbianas, trans, y jóvenes; son ellas, quienes a través de su lucha y reivindicación han logrado organizarse, extender el dialogo, y sentarse a conversar con organismos internacionales, y entidades gubernamentales sobre iniciativas por y para las mujeres.
La Resolución 1325 del Consejo de Naciones Unidas, es una medida que invita a gobiernos a reconocer e instar la participación política de las mujeres en diferentes escenarios, y fue de hecho, la normativa que impulsó, permitió y sostuvo la participación paritaria en la negociación y en el Acuerdo de paz, por eso, además de presentar una serie de recomendaciones a todos los actores implicados en los conflictos armados, lo hace principalmente sobre la protección para las mujeres y las niñas, de manera particular.
Para Ruta Pacifica las medidas están basadas en el tejido que las mujeres van creando, es decir, no se concibe la protección desde el gobierno y las armas, sino desde las propias vivencias del espacio, de crear alternativas para ayudarse mutuamente, de vivir en un estado de seguridad, construido por y para ellas, en ámbitos políticos, simbólicos, comunitarios.
De manera similar también lo vienen haciendo en Vista Hermosa, Meta, “Hemos trabajado arduamente porque las cifras de violencias basadas en genero son muy altas, ahí hay aun falencia desde las rutas de atención que con Limpal hicimos, nosotras hicimos una veeduría” Comenta Luz Adriana Rodas, lideresa del municipio.
El trabajo se basa en hacerle control a la ruta de violencia sexual y violencias basadas en genero dentro del municipio, allí acompañan a las mujeres a denunciar, después a hacer seguimiento para que el proceso sea llevado como debe ser, además del apoyo psicosocial a través de grupo de autoayuda.
Las mujeres indígenas en el Cauca, por ejemplo, han construido un observatorio de derechos humanos, después de obtener estadísticas de Violencias Basadas en Genero y adelantan forma de auto protección, por medio del cuidado colectivo “Las mujeres exigimos nuestro derecho básico a la vida, así que nos toca organizarnos, entonces, hemos fortalecido guardias indígenas, nos cuidamos, nos protegemos, porque nosotras ya sabemos lo que implica un territorio militarizado. Tenemos que estar en el ejercicio de gobierno propio, apostándole a las mujeres en la toma de decisiones, en las asambleas” Afirma Margarita Hilamo, líder indígena del Cauca.
En Putumayo y en la subregión de Montes de María las mujeres crearon una mesa con el propósito de cuidarse entre organizaciones defensoras de derechos humanos, sin embargo, las lideresas en estos territorios reclaman por no ser llamadas a participar de manera activa, en la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad para líderes y lideresas sociales, la cual debe a través de las mesas de garantías de seguridad creadas para la formulación de políticas públicas, brindar seguridad a las mujeres.
Según Margarita Bernal, Coordinadora de proyecto Plan Nacional de Acción de Icco Cooperation “El contexto político actual requiere fortalecer liderazgos colectivos de las organizaciones de mujeres y su labor como constructoras incansables de paz, reconociendo su trabajo, que no se limita al cumplimiento de los compromisos establecidos en el Acuerdo Final para una Paz Estable y Duradera, sino que aborda la promoción, control y veeduría sobre la garantía del goce pleno de los derechos de las mujeres”.
Las mujeres tienen experiencias, han creado planes de protección y autoprotección, redes conjuntas de cuidado, escuelas de formación, realizan foros, encuentros, conversatorios, y demás procesos pedagógicos. Hay territorios donde se complica más por quienes manejan el terreno, porque tienen unos interese particulares sobre esas tierras. Son las mujeres quienes conocemos y compartimos nuestros miedos, conocemos las realidades territoriales, así que somos nosotras quienes creamos alternativas de seguridad.