La amenaza es real, la solución debe ser radical

Por: Jairo Álvarez*

Los colombianos hemos visto con sorpresa y dolor lo que le está sucediendo a Medellín. La ciudad de la eterna primavera, de sol brillante y aire fresco, hoy luce gris, borrosa y temeraria. La contaminación ambiental generada principalmente por los vehículos automotores que transitan por la hermosa capital paisa llegó a niveles de alto peligro para la salud: su aire de hoy acerca la muerte.

Estas mismas imágenes en otras ciudades del mundo las veíamos indiferentes y distantes. Pero este es claramente un fenómeno de causa y efecto proporcionales. Una realidad que empieza a visibilizarse en Colombia en razón a la mayor cantidad de carros y motos que diariamente son matriculados y enviados a las calles. La calidad del aire de las principales ciudades del país es notoriamente preocupante y se ubica por encima de los estándares ambientales establecidos, siendo las fuentes móviles las causantes del 50% de la contaminación.

Las autoridades de Medellín saben ya que tienen que darle prioridad y urgencia a la implementación de la movilidad sustentable. Afortunadamente esta ciudad ya había empezado a andar por esta vía. Lo que toca ahora es profundizar y radicalizar las únicas medidas viables y efectivas: más transporte público de calidad, más tramos a pie con buenos andenes, promover el uso de la bicicleta con infraestructura segura y desestimular/castigar el transporte privado, acciones todas de competencia de la administración municipal.

Quizás en Villavicencio aún no tengamos los niveles de contaminación del aire de ciudades como Bogotá y Medellín, pero vamos en ese camino. La cantidad y calidad de vehículos que circulan por la capital llanera crece a grandes trancos. Ya es hora entonces que la ciudad en serio y con acciones radicales asuma las decisiones que corresponden para orientar su movilidad por las vías inteligentes y lógicas de la sustentabilidad.

Hasta ahora la ciudad ha sido muy irregular y en muchos casos irresponsable con la planeación de su movilidad. Seguir improvisando las estrategias de movilidad es desconocer cuánta afectación negativa a la calidad de vida y al buen vivir de la comunidad se juega en las políticas públicas y en las acciones de gobierno.

Comunidad y autoridades deben asumir responsabilidades y tomar decisiones inteligentes y racionales sobre movilidad sostenible. Tal vez no haya mejor coyuntura que la actual. Sin duda se debe empezar por incorporar con decisión, y armonizar esta materia, en el Plan de Ordenamiento Territorial, en el Plan de Desarrollo 2016-2019, en el Plan de Movilidad diseñado por la Universidad Nacional y en el trabajo de Findeter y el BID para ubicar a Villavicencio entre el club de ciudades sostenibles.

Discursos, buenas intenciones y pequeñas actividades no bastan. Adhesiones del alcalde y la gobernadora, unas pocas líneas en los planes de gobierno y algunos ciclopaseos, no irán lejos sin la decisión del cambio y las acciones correspondientes. Lo que está pasando ahora en Medellín nos alerta para que aquí seamos audaces y tomemos decisiones radicales.

*Política de Prevención y Control de la Contaminación del Aire. Ministerio de Ambiente de Colombia. 2010.

*Jairo Álvarez, comunicador social y inspirador de cultura política

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