Como Johan Hernando Vergara Santana fue identificado el joven de 22 años de edad, que habría sido asesinado por miembros de la Policía Nacional, en medio de confusos hechos según denuncia su propia familia. Los acontecimientos se habrían generado en medio de un procedimiento policial al requerir a un grupo de jóvenes que estaban departiendo en la vía pública.
En la noche del 22 de febrero, en el sector de El Crucero en el municipio de Dosquebradas, Risaralda, estaba un grupo de jóvenes a las afueras de establecimientos nocturnos. En ese punto, agentes de la Policía Nacional se habría acercado para efectuar una requisa rutinaria; el joven, quien sería consciente de la tenencia de marihuana en su bolso, se negó a la requisa y salió corriendo bajo un puente que pasa por sobre una quebrada. Esto desencadenó que los policías salieran corriendo tras Johan.
Algunos segundos después, se escucharon varios disparos, por lo que sus amigos salieron en su búsqueda, con la sorpresa de encontrarse con el cuerpo flotando en el agua y con un disparo en el rostro. La familia denuncia que los hechos habrían ocurrido sobre las diez y media de la noche, pero solo hasta las 3 de la madrugada llegó el CTI para hacer la inspección técnica del cadáver. En la denuncia insisten que los policías durante varias horas se limitaron a pedir refuerzos y que, el CTI llegó a esa hora, porque la Policía les dio aviso hasta al día siguiente (23 de febrero) y no cuando se presentó la muerte de Johan.
La familia del joven asesinado también denuncia que durante la inspección hecha por el CTI no le encontraron armas de fuego o blancas en tenencia o cerca del cuerpo de Johan; esto es importante porque para la familia y según declaraciones de algunos uniformados en el lugar de los hechos, ellos habrían reaccionado en legítima defensa. En ese sentido el accionar de los policías habría sido desproporcionado e ilegal, hechos que la Fiscalía deberá esclarecer.
Por último, su familia manifestó que ayer durante el día el CTI envió un equipo de expertos al lugar de los hechos con la intención de hacer un exhaustivo reconocimiento de la zona, para encontrar algún indicio o un arma que diera luces de lo qué sucedió en la noche del 22 de febrero. Al culminar la diligencia los investigadores habrían revelado que no encontraron nada diferente o alguna evidencia para sumarla al caso.
Johan Vergara era barbero de profesión, vivía solo y su familia aclara que no tenía antecedentes judiciales. Este medio de comunicación intentó establecer contacto con la Policía Nacional para que dieran su versión de lo hechos, pero desafortunadamente no hubo respuesta.