El cuidado como economía de derechos y equidad

Ante el cumplimiento de la Ley 1413 de 2010, el DANE creó la cuenta Satélite de Economía del cuidado (CSEC). Por la cual pretende la regulación al incluir la economía del cuidado en el sistema de cuentas nacionales, teniendo como finalidad, medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país. Es importante recordar que, la economía del cuidado es “el conjunto de relaciones sociales de producción, distribución, intercambio y consumo de servicios de cuidado, que pueden ser de tipo mercantil, o no mercantil y están mediadas por elementos históricos, culturales, ideológicos e institucionales”.

Es así, que en el actual gobierno se ha gestado una propuesta desde el Ministerio de la igualdad, lo cual se proyecta al poder desarrollar desde la institucionalidad lineamientos de acción a la defensa de los derechos de jóvenes, víctimas del conflicto, personas con discapacidad, personas en situación de pobreza, campesinado y habitantes de calle; para erradicar las violencias contra la población LGBTIQ+; para eliminar las profundas desigualdades étnicas. Por tal motivo se radica el proyecto de ley 222 para la creación del Ministerio de Igualdad, en su artículo 6 se lee: “Créase el Sistema Nacional de Cuidado”. Este sistema, ofrece el reconocimiento, distribución, reducción y compensación del trabajo doméstico y del cuidado.

Ante el anterior panorama, es pertinente poder plasmar algunos interrogantes para una mayor comprensión cuando se habla de la economía del cuidado. Uno de ellos es, ¿Qué es el cuidado? Esto hace referencia a cocinar, limpiar, barrer, lavar, coser, arreglar la ropa, hacer compras, atender a los niños y niñas del hogar, a ancianos y a personas enfermas, dependientes o con discapacidad, vestirlas, bañarlas, ayudarles a comer, llevarlas al médico. Toda esta lista de tarea es realizada en su mayoría por niñas y mujeres. Lo cual, según la encuesta Nacional de uso del tiempo, en Colombia las mujeres emplean 7 horas y 44 minutos de su día en el trabajo en el hogar, mientras que los hombres dedican 3 horas y 6 minutos.

Para finalizar, en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, se establece que el derecho al cuidado ha quedado incluido en la Meta 5.4, planteando así el reconocimiento y el valor que se le da al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. En consecuencia, este escrito de manera breve pretende poner en reflexión los retos y estándares mínimos del a economía del cuidado en Colombia, dejando un sin sabor histórico, ante la eliminación de los patrones culturales patriarcales, privilegiados, discriminatorios y violentos. Dejando entre ver la falta de ejecución ante las políticas de cuidado, que no solo perpetúan en lo roles tradicionales de género, así mismo como sociedad, se le asignan a las mujeres y niñas a responsabilidades exclusivas al cuidado y sin remuneración. Lo cual las alejan aun más de escenarios de participación social y política.

Por: Carolina Camelo

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