Nuestro Antihéroe, Julio Cortázar

Por: Jessica Vergara #ElCuartoMosquetero

Un 26 de agosto viajamos al pasado, a 1914 en Bruselas- Bélgica, año en que nació Julio Cortázar; Él fue un escritor argentino, traductor e intelectual, el cual con esa pizca entre lo real y lo fantástico rompe todo los paradigmas clásicos; por esto es conocido como una de las figuras más importantes de la literatura Hispanoamericana del siglo XX.

Julio Cortázar abre sus ojos para ver el mundo en un momento difícil para la historia; en aquel entonces se da la Primera Guerra Mundial (1914). Aproximadamente en 1918 se muda con sus padres a Argentina; debido a que se enfermaba con frecuencia, la lectura llegó a ser su gran amiga. Tras finalizar sus estudios, fue profesor durante 5 años y en busca de Nuevos horizontes, viaja a Buenos Aires, y publica su poemario Presencia, bajo el seudónimo de «Julio Denis» y después becado, viaja a Paris en donde trabaja como redactor de la UNESCO, radicándose en Francia.

“Luego de “Antiprincesas”, Chirimbote lanza la colección “Antihéroes”, que rescata la obra y las enseñanzas de personajes nuestros americanos que se corren de los estereotipos del macho que combate y vence por la fuerza bruta. Cortázar es el “Gran Cronopio” que abre la puerta de la saga, e invita a conocer “a saltitos” los pasajes de su literatura” Noelia Leiva

En 1960 Julio Cortázar se convierte en una de las principales figuras de la literatura hispanoamericana, logrando obtener un reconocimiento internacional, y estar al mismo nivel que Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, y Carlos Fuentes. A diferencia del argentino Luis Borges, Cortázar buscaba ese sentido profundo de la vida y del mundo, y sus obras demuestran ese carácter experimental que lo destacaba.

Julio tenía un compromiso y claridad política con las clases “marginadas” y los movimientos izquierdistas que contribuyeron en su sensibilidad artística y en que a través de la literatura, deseara apostarle al cambio. Es cuando viaja a Cuba que se adentra más en la política; ya en 1970 fue a Nicaragua para apoyar al movimiento Sandinista. Además, fue uno de los que impulsó la defensa de los derechos humanos del pueblo latinoamericano.

Para Cortázar su compromiso era vital por la transformación social del territorio, por ello redactó muchos artículos y libros sobre el régimen del General Pinochet, uno de ellos por ejemplo, el Libro Negro; también escribió “Nicaragua, tan violentamente dulce”, libro en el que se ve reflejada esa lucha sandinista contra la dictadura de Somoza; cuentos como Apocalipsis en Solentiname, e importantes poemas, el más recordado de ellos: “Noticias para viajeros”. No obstante, su más recordada obra es Rayuela, novela cariñosamente recodada por los argentinos y toda America Latina. Finalmente él adquirió la nacionalidad francesa, pero no renunció a la ciudad que lo vio crecer y sentir, Argentina; y un 12 de febrero de 1984 muere, en Paris.

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